Gaceta Sindical Independiente / Editorial Diciembre de 2021
Para el movimiento
sindical colombiano la referencia más reciente de su participación directa mediante el paro
de la producción, del comercio y del transporte en un paro nacional que enfrentara las
medidas del Estado fue en septiembre de 1977 cuando las direcciones de las centrales
sindicales presionadas por sus bases llamaron a participar en la movilización convocada
contra las medidas antipopulares del mandato caro como lo llamaba el pueblo.
Como organizaciones sindicales asumieron un papel de vanguardia al declarar la hora cero y
enfrentar junto con otros sectores populares a las fuerzas represivas del Estado,
permitiendo mediante su ofensiva y la resistencia que las medidas tomadas fuesen echadas
atrás ante la respuesta popular.
Para el caso del último gran paro nacional iniciado el 28 de abril en Colombia, fue notoria
la ausencia mayoritaria del movimiento sindical en la preparación y participación de esta
gran protesta, siendo necesario mencionar sus causas y contextualizar el papel que juegan
los actuales actores del movimiento sindical en la lucha social.
Fue evidente el gran rechazo que ha tenido el Comité Nacional de Paro, agrupación compuesta
en cuanto a lo sindical se refiere por quienes año tras año han negociado la miseria de
salario, quienes han desmovilizando a los trabajadores hace décadas por medio del exclusivo
camino jurídico ante toda lucha y flojos o nulos llamados a participar en los mítines y
huelgas, quienes se han caracterizado por llamar a las movilizaciones con el objetivo de
presionar una posición en la mesa de concertación con el gobierno de turno y asegurar una
continuación en las mesas directivas donde están en disputa los beneficios que ello acarrea.
Tal comité se referencia como una aristocracia con métodos burocráticos ante el movimiento
obrero y popular preocupado más por tener encuentros con el gobierno de turno y aparecer en
TV que en resolver de forma directa la lucha de los trabajadores, cumpliendo un papel de
contención del descontento popular.
Debido a este tipo de actuación los sindicatos que participaron en la continuación del paro
lo hicieron básicamente no como organización, sino como individuos, ya que regidos bajo la
directiva de sus centrales ninguno se declaró en paro (a excepción de FECODE cuya base debió
someterse a una recuperación de tiempo por haber participado) participando en las asambleas
por localidad, manifestaciones populares en sus barrios, colaboraron en el mantenimiento de
las ollas comunitarias y en ocasiones brindando apoyo económico a los luchadores para poder
adquirir alimentos, y elementos de protección personal para los manifestantes, pero como
sindicato su movilización fue muy poca resaltándose que en medio de este paro algunos
aprovecharon para unir sus luchas por el pliego con las reivindicaciones del paro como fue
el caso de una seccional de los obreros del cerrejón que cerraron la vía mientras estaban en
negociación con la empresa.
La participación de las centrales en esta lucha y de los sindicatos afiliados a ellas fue
principalmente haciendo llamados y apoyo en el papel, declaraciones públicas sin llamar a
enfrentar el terrorismo estatal, facilitando por otro lado algunos contactos para coordinar
con los defensores de derechos humanos, tratando de no comprometer su posición ante el
Estado.
Teniendo en cuenta lo anterior, a diferencia del paro del 77 el movimiento sindical se
mostró impotente ante el levantamiento popular debido a la dirección burguesa manifiesta en
general en burocratismo y una sistemática desmovilización de sus bases, ello no desconoce
que algunos integrantes de dichas organizaciones participasen en las manifestaciones de
forma más comprometida rompiendo la tradición que desde hace décadas se ha impuesto,
demostrando que aunque el movimiento sindical burgués esté agonizando, el movimiento obrero
está despertando de su letargo. Nosotros, la clase trabajadora no tenemos dueños, ni amos.
Este artículo no ahonda en la participación de otros grupos de trabajadores u organizaciones
sociales que hayan tomado parte activa en el paro, sino en lo concerniente al movimiento
sindical cuya ausencia principal fue la de no parar la producción, principal falencia que
tuvo este paro con el anteriormente citado del 77. De allí que sea necesario seguir
promoviendo las enseñanzas de esta gran gesta donde fue protagonista la juventud
desempleada, estudiantil y obrera colombiana quienes desde las calles demostraron su rechazo
al gobierno uribista, desenmascarando el papel represivo de la democracia burguesa y
haciendo evidente el papel que cumple la ideología no proletaria en el movimiento obrero y
popular.